En los últimos años se ha extendido la idea de que un buen entrenamiento de pádel se reduce a repeticiones de carros, pero ¡hay mucho más!
Ariel te da las claves para ser un buen entrenador y construir jugadores que usen la táctica, incluso en momentos de tensión, porque no es lo mismo jugar al pádel que golpear la bola.
¡A darle al coco, padelero!
Ariel Cortez Hernández
Con una amplia experiencia en pádel, este monitor, con residencia en Zaragoza, lleva ejerciendo desde hace 13 años.
¿Juegas al pádel o golpeas la bola?
A menudo, cuando empezamos a dar clases de pádel, nuestros entrenadores nos enseñan la técnica básica. Esta técnica es fundamental para aprender a golpear de la manera más correcta la bola. La técnica tiene muchos beneficios, entre ellos, evitar lesiones, hacer esfuerzos eficientes, hacer nuestro juego más completo y más estético. Conviene entrenar la técnica porque siempre hay algo que mejorar. Y cuando se llega a un nivel técnico alto, el objetivo es mantenerlo. Por eso los profesionales dedican tanto tiempo a los ejercicios de repetición (los típicos carros). Se trata de generar movimientos automáticos y tener recursos técnicos para afrontar mejor la táctica.
Ahora bien, cuando ya tenemos ese grado de autonomía y somos capaces de aguantar un intercambio (peloteo) largo es momento de ir completando nuestro juego con más táctica. Y aquí es donde nuestras clases como monitores suelen flaquear. Entrenar la técnica está bien y se complementa con la táctica en el 20×10, pero no debemos caer en solo “tirar bolas”, es decir, nuestra función como docentes es “retar” a nuestros alumnos a pensar mientras juegan. Para ello debemos proponerles tareas que tengan cierta dificultad (en función de la capacidad de cada jugador, por supuesto). Pasar la bola al otro campo es lo mínimo que deberíamos exigir a nuestros alumnos.
Los entrenadores debemos retar y exigir a nuestros alumnos para que alcancen un nivel alto de juego.
Ariel Cortez
Cómo un buen entrenador de pádel puede subir tu nivel
Una de las herramientas docentes más extendidas en el pádel es la situación real de juego, es decir, jugar puntos. Esto lo podemos llevar a cabo de distintas maneras y complicarlo en función de los requerimientos de cada jugador y/o el nivel. Por ejemplo, si queremos trabajar la defensa estaría bien jugar un punto donde los defensores (los jugadores situados en el fondo de la pista) NO PUEDAN SUBIR hasta que superen “por arriba” a sus contrincantes. La clave de este ejercicio es la toma de decisiones. El jugador en defensa debe “seleccionar” de la mejor manera sus tiros para ejecutar un globo que le permita ganar la red. De ahí que el objetivo como entrenadores sea trabajar la toma de decisiones de los jugadores. Esto es lo que realmente ocurre cuando jugamos partidos, hay que decidir dónde tirar la bola, a qué profundidad, con qué efecto y con qué velocidad.
Técnica de pádel, sí, pero con táctica
Si nos fijamos bien, una cosa es entrenar aisladamente el globo con ejercicios de repetición (tirar bolas) y otra cosa es saber cuándo hay que jugar un globo. Con el ejercicio de repetición lograremos tener una técnica adecuada para tirar un buen globo, pero con la segunda sabremos seleccionar el momento oportuno para ejecutarlo. Por tanto, con independencia de la técnica que podamos tener, nuestro recurso siempre va a ser una decisión correcta. Salvo que veamos, como entrenadores, una técnica muy lesiva para el jugador, usaremos “el carro” en situaciones controladas y con un objetivo claro: cambios de empuñaduras, afianzar los puntos de impacto, incidir en las recuperaciones, etc.
La importancia de ejercicios reales en pista
Todo lo que sea hacer pensar a nuestros alumnos estará bien. Por eso mismo como entrenadores debemos idear sesiones que sean aplicables en los partidos y no encadenar “carros” que luego no se dan en un partido. Por ejemplo: Bajada de pared + remate + dejada. Los ejercicios tienen que tener un objetivo y adaptarse a la realidad. Un ejercicio de repetición bien ejecutado sería: Bajada de pared + volea en mitad de pista (siempre que nuestro objetivo sea trabajar esa situación en concreto).
El trabajo de repetición con el carro hace que el alumno “reproduzca” y no piense tanto. Además, en una situación real de juego nos obligamos a acertar, ya que de otro modo el punto acaba y encima lo pierdo. El jugador de pádel amateur debe concienciarse de que fallar no es negociable. Además, debemos inculcar el valor del acierto.
Acertar es pasar la bola y no querer pegar un winner en cada pelota que tocamos.
Y tú, ¿enseñas a jugar o a pegar?
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